Nuestros pensamientos y creencias sobre el sexo pueden llevarnos a una vida sexual maravillosa y plena; o puede llenarnos de vergüenza y culpa.
Primero, hablemos de lo que necesitamos para estar excitadas o excitados: El cuerpo tendrá que liberar ciertas sustancias, pero quién lo hace? El cerebro: Feniletilamina (nombre impronunciable), un componente de la oxitocina y también la famosa dopamina, neurotransmisor responsable del placer. Una vez generando estas hormonas, estamos listos para gozar del sexo.
Tenemos que saber que hay factores que influyen muchísimo, como el estrés o la ansiedad, que pueden hacer que estos neurotransmisores placenteros no se liberen correctamente, así que... A cuidar nuestra salud mental porque es fundamental para tener una buena vida sexual.
A lo que vamos: ¿Cómo puedo estimular mi cerebro? Lo que nosotros siempre decimos cuando van clientes a nuestra tienda es preguntar ¿qué sentidos usan para estimularse mutuamente o a solas? poca gente usa otros sentidos como el gusto, el olfato y el oído (el más olvidado), los preferidos siempre son tacto y vista. Si la mente es una zona erógena, las palabras son la herramienta que la estimula, pero también jadeos y susurros, no hay nada más excitante para la pareja que tener certeza de que a ti te está gustando el momento, también tener fantasías, sueños y la evocación de experiencias gratificantes son estímulos sensitivos que pueden desencadenar una respuesta sexual, y es justamente el cerebro el integrador de esta respuesta en tu organismo.
Lo que tenemos que comprender es que gran parte de nuestra vida sexual se define por las cosas que hemos aprendido sobre el sexo, por lo que sabemos y creemos. Es decir, lo que pensamos de la sexualidad, nuestras creencias, tabús y mitos creados por una sociedad consumidora de pornografía, definitivamente van a afectar nuestra vida sexual. Si bien es verdad que hay problemas biológicos de índole sexual, condiciones como la eyaculación precoz y el vaginismo, son frecuentes en consultas de sexología y en varias ocasiones se llega a la conclusión de que el problema estaba en el cerebro, es decir, en nuestros pensamientos y en cómo ellos se ven relacionados directamente con nuestro rendimiento sexual.
Es por eso que te invitamos a vivir tu sexualidad de manera natural sin miedos ni la cabeza con falsas creencias. Tu cuerpo es un disfrute y no tienes que temer o avergonzarte, siempre que sea en consentimiento mutuo.
Recuerda que un cerebro relajado es un cerebro con más capacidad de placer. Intenta abstraerte, no pienses en labores domésticas ni en trabajo ni menos en el ruido de afuera, concéntrate en el aquí y ahora, y a disfrutar! Es difícil al comienzo, pero acuérdate que la práctica hace al maestro :)